La técnica «transparente» de la
acuarela implica la superposición de lavados finos y se basa en la blancura del
papel para obtener sus efectos y los toques de luz. A medida que se superponen
más lavados el color se hace más profundo. El color de la acuarela se puede
modificar añadiendo o quitando agua, usando pinceles, esponjas o trapos.
La acuarela da muchas
posibilidades: la técnica del lavado permite crear degradados o lavados
uniformes, incluso superposición de colores. Con la técnica húmeda sobre húmedo
se pinta con la acuarela sobre el soporte previamente humedecido, obteniendo un
efecto diferente. También se pueden realizar lavados del pigmento una vez seco,
dependiendo del papel, del pigmento y la temperatura del agua. La limpieza con
esponja u otro elemento absorbente, el raspado, son algunos ejemplos de las
amplias posibilidades que ofrece la acuarela.
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